Los 3 tipos de relaciones
Decía el Dr. Stephen Gilligan que existen tres tipos de relaciones:
- 1+1=1 Relación en la que los dos miembros de la pareja están tan enamorados que no queda claro donde acaban los individuos y donde empieza el proyecto de pareja. “Somos uno”.
- 1+1=2 Relación en la que las tensiones y disputas empiezan a florecer. Existen dos subtipos dentro de este nivel. Por un lado, la Guerra Fría → ocurre cuando la tensión es implícita, hay sarcasmo y los miembros de la pareja se evitan, sin llegar a discutir acaloradamente. Por otro lado, la Guerra Caliente → donde directamente hay discusiones acaloradas, gritos y sufrimiento explícito.
- 1+1=3 Es la única Relación que prospera en el tiempo y mantiene un nivel de salud óptimo. En este nivel, cada uno de los miembros de la pareja invierten tiempo y atención en cuidar de su propia parcela. Al mismo tiempo, respetan y sostienen plenamente la identidad y las peculiaridades de la otra persona. Además, cuando están juntos son mucho más que la mera suma de dos individuos. Expresan algo que sólo puede existir en su unión.
Solamente este tercer tipo de relación (1+1=3) tiene opciones de perdurar en el tiempo y aún así va a ser necesario una dosis de suerte. El primero de los niveles es aparentemente maravilloso pero el idilio no suele sobrepasar los 9 meses, momento en que los niveles de oxitocina, la hormona del afecto, vuelven a niveles normales.
Si la pareja no ha trabajado en crear unos pilares que sostengan la relación más allá del deseo y enamoramiento, es complejo que la relación no atraviese un periodo de 1+1=2 donde se inicien disputas y confrontamientos.
Por ese motivo, las relaciones requieren de una inversión de tiempo y cuidados. En este sentido, quisiera introducir una reflexión sobre uno de los pilares básicos de la relación: la Comunicación.
Comenta Oren Klaff en su libro Pitch Anything, que cuando confeccionamos un documento en formato Excel y lo enviamos a un amigo, esperamos y sabemos que este lo va a abrir también en Excel. Obviamente, si lo intenta abrir en Word o en otro programa, va a ser una misión imposible.
Curiosamente, la comunicación humana no funciona así.
Los 3 cerebros
El neurocientífico Paul MacLean introdujo la idea del cerebro triuno, es decir la existencia de 3 cerebros y no 1 en los años 60. Según esta idea, evolutivamente el cerebro se habría desarrollado por capas, en tres etapas distintas.
- El cerebro Reptiliano o Complejo-R: sería el encargado de expresar las emociones primarias como por ejemplo el miedo y tendría como objetivo principal la supervivencia.
- El Sistema Límbico: encargado de expresar emociones, ubicar la información en un contexto y regular las relaciones sociales.
- El Neocórtex: encargado de los procesos de cognición y resolución de problemas.
A pesar de las duras críticas que este modelo ha recibido por parte de los neurocientíficos actuales, es una división sencilla que nos puede ayudar a comprender que las emociones y la lógica no siguen los mismos itinearios corticales.
A menudo, en la relación de pareja configuramos un mensaje desde la razón y fruto de una lógica intelectual, eso no garantiza en absoluto, que sea la mejor estrategia para iniciar una comunicación fluída y que en consecuencia genere consenso y harmonía. Cuando un ser humano emite un mensaje desde el neocórtex, el caos puede ser mayúsculo si el receptor está procesando la información desde el Cerebro reptiliano.
Al recibir la información desde el Cerebro Reptiliano, estamos buscando inconscientemente que parte de esa información es una trampa y puede empujarnos a poner en peligro nuestra supervivencia. La emoción principal desde la cual recibimos ese mensaje es el miedo. Concretamente, la estructura cortical en funcionamiento es la amígdala.
Por ese motivo, antes de cualquier conversación de pareja, especialmente en etapas de tensión, es importante que ambos miembros de la relación dediquen unos minutos a relajarse y acceder a un Estado de Centro. Es fundamental que si se quiere forjar una comunicación a prueba de balas en la pareja, cada uno de los miembros se responsabilice de su estado de ánimo antes de proceder a comunicarse.
Una comunicación en la que ambos miembros se encuentren en un estado de ánimo inferior a 7 sobre 10, es una comunicación de baja calidad, susceptible de convertirse en un caldo de cultivo para una confrontación.
Te propongo 3 ideas que pueden ser de mucho valor para optimizar tu comunicación en pareja:
- No converses sobre temas susceptibles de conflicto, sin previamente haber regulado tu estado de ánimo. Asegúrate de estar centrado y relajado. En caso contrario, pospón la conversación.
- No caigas en la trampa de echar la culpa de tus problemas a tu pareja. Responsabilízate de todo aquello que esté en tu círculo de influencia. Substituye “tú me haces sentir mal” por “me siento mal cuando discutimos.
- Recuerda que las personas SIEMPRE eligen la mejor acción disponible en cada momento, a menudo condicionadas por su estado de ánimo.
Nos vemos en el siguiente artículo. Te envío un abrazo enorme y todo mi apoyo en tu proyecto de vida.
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Gracias por estar ahí.