¿Estás completamente satisfecho con tu vida? ¿Si volvieses a nacer, eligirías vivir la vida que tienes? ¿Tendrías la misma cantidad de dinero que tienes actualmente? ¿Volverías a trabajar en la misma profesión y en las mismas condiciones actuales? ¿Te rodearías de los mismos amigos?
A diario, hay personas que contactan conmigo para explicarme que las cosas no van bien en su vida. Normalmente, exponen bajo mi escucha atenta, situaciones dramáticas y sobretodo emociones de sufrimiento, angustia.
Alguien muy cercano me dijo recientemente que la queja es humana. Quejarse forma parte de nuestra idiosincrasia. Sin embargo, no hay ninguna funcionalidad en la queja. De nada sirve exponer una y otra vez los problemas que tienes. Del mismo modo, de nada sirve repetirte a diario lo difícil que es dejar ese hábito que te está matando, o repetirte lo complicado que es encontrar trabajo o lo mal que está el mundo.
La queja es humana, sí. Pero es inútil. No aporta nada. Sólo refuerza en ti un diálogo interno negativo y depresivo que limita tu capacidad de expansión y crecimiento. Es como si un equipo de fútbol antes de salir a jugar sus partidos se dijese: vamos a perder…. lo más seguro es que perdamos.
Absurdo, ¿verdad? Pues es exactamente lo mismo. Hay un saboteador en la azotea de nuestras mentes. Y no está de más comenzar a encararlo con convicción.
La Queja es lo que llamamos el Viejo Paradigma. Esa mirada rancia y anacrónica que lleva años pegada a nosotros y no nos permite ver las maravillas de estar vivo; la excelente oportunidad que supone estar vivo.
Construyendo un Nuevo Paradigma
El Nuevo Paradigma encuentra su piedra angular en dos aspectos claves:
- El Disfrute. ¿Qué te activa? ¿Cuando encuentras momentos que te permiten recargar energía? ¿Qué te conecta a la vida? Al fin y al cabo existen cosas o situaciones que nos hacen experimentar emociones buenas y cosas o situaciones que nos hacen experimentar cosas negativas. ¿Qué te permite experimentar sensaciones de bienestar? La respuesta a esa pregunta debe ocupar al menos el 50% de tu tiempo diario.
- Foco en la Solución. Del mismo modo que en la queja no hay funcionalidad, si mantienes el foco en encontrar soluciones y mantener una mentalidad lúcida y creativa, es inevitable que aparezca una mejora sustancial de tu momento presente.
Para ejemplificar estos dos aspectos claves, imagínate la siguiente parábola, la cuál quizás hayas escuchado en otra ocasión:
Hay un accidente de avión con sólo dos supervivientes. Uno de ellos se encuentra atrapado en el Viejo Paradigma. El otro, lleva años viviendo en el Nuevo Paradigma.
Los medios de comunicación se disponen a entrevistar al superviviente del Viejo Paradigma.
-¿Cómo se encuentra? – Pregunta el Entrevistador.- Usted es uno de los dos Supervivientes que han aparecido sanos y salvos tras el trágico accidente.
– Soy un Desgraciado. He visto dolor y sufrimiento a mi alrededor. Ojalá no hubiera sobrevivido. Estoy maldito y voy a recordar esta traumática desgracia el resto de mi vida…. Nunca más subiré a un avión… es un artilugio diabólico.
A continuación, los mismos periodistas entrevistan al superviviente del Nuevo Paradigma.
-¿Cómo se encuentra? – Pregunta el Entrevistador.- Usted es uno de los dos Supervivientes que han aparecido sanos y salvos tras el trágico accidente.
– He vuelto a nacer. De toda la gente que había en el avión, he sido elegido para vivir. Prometo valorar las cosas como si fuera la primera vez. Hoy he entendido que la vida es una oportunidad irrepetible… además, a partir de ahora puedo subir a cualquier avión con total tranquilidad ya que estadísticamente es imposible que vuelva a tener otro accidente.
Bienvenida al Nuevo Paradigma
Cuando vives en el Nuevo Paradigma, los problemas se transforman en desafíos; los días malos se convierten en lecciones de vida; las crisis en crecimiento expansivo.
Si aún quedan quejas en tu mente, dedica 5 minutos para escribirlas en un papel. Luego quémalo. Despídete definitivamente de esa vieja manera de pensar que sabes que no funciona.
Reorganiza tus días focalizándote en disponer del máximo de momentos posibles de disfrute. Lleva ese disfrute a las áreas de tu vida que antes suponían sacrificio y malestar. Conviértelas en oportunidades de maduración y crecimiento. Nada de lo que ocurre es relevante. Sólo es relevante el modo en cómo tú interpretas cada instante.
Nos vemos en el siguiente artículo. Te envío un abrazo enorme y todo mi apoyo en tu proyecto de vida.
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Gracias por estar ahí.