“Lo que necesito en este momento para estar motivado es que me suban el sueldo.”
¿Te suena?
A menudo buscamos la motivación, esa pieza que nos falta para sentirnos completos, en que algo increíble ocurra ahí fuera. Sin embargo, la Ciencia ha demostrado que ese tipo de premios extrínsecos no necesariamente aumentan nuestro rendimiento y bienestar. A menudo, lo empeoran.
Se que puede parecer una paradoja contradictoria. Sin embargo, según los estudios de Edward Deci, profesor de Psicología de la Universidad de Rochester, cuando nacemos no necesitamos ningún premio para mostrar curiosidad y ganas de aprender y experimentar. Desconocemos siquiera la posibilidad de ser premiados y sin embargo nos mostramos intrigados por todo lo que nos rodea.
Es por ese motivo que aparece la confrontación entre Motivación Extrínseca y Motivación Intrínseca:
Motivación Extrínseca vs Motivación Intrínseca
La Motivación Extrínseca es aquella que se basa en premiar y castigar. Es sin duda el modelo clásico en el que aún a día de hoy se sigue educando tanto en escuelas como en casa, e incluso en las empresas.
La Motivación Extrínseca se ha mostrado útil para tareas muy sencillas y lógicas. Sin embargo, para tareas que implican más creatividad, los premios económicos o incentivos de otro tipo no sólo no han contribuído a la mejora, sino que la han empeorado.
En cambio, la Motivación Intrínseca es aquella que no depende de las recompensas o castigos externos, sino de la propia emoción interna de querer llevar a cabo una determinada actividad.
Así pues, la Motivación Intrínseca se ha mostrado mucho más eficaz a medio y largo plazo tanto para estudiantes, como para profesionales, como para la búsqueda de logros personales.
El secreto para estar AutoMotivado
Ahora bien, ¿Cómo se alcanza un óptimo estado de automotivación?
En primer lugar, la Motivación Intrínseca está muy relacionada con el concepto de Autonomía. Cuando somos conscientes de que lo que queremos conseguir depende de nosotros y que por tanto tenemos la elección de llevarlo a cabo, nuestra motivación aumenta notablemente.
En segundo lugar, la motivación intrínseca aumenta también cuando sabemos que tenemos la competencia necesaria, es decir los conocimientos y las habilidades para llevar a cabo una determinada tarea.
En tercer lugar, saber que nuestro buen desempeño beneficia a la comunidad, equipo de trabajo, familia, o en definitiva, al grupo al que pertenecemos; aumenta notablemente nuestra motivación.
En cuarto lugar, la motivación se dispara exponencialmente si tenemos la convicción de que merece la pena lo que estamos haciendo
En quinto lugar, si la tarea que estamos desempeñando está alineada con nuestro propósito de vida. Cabe recordar la importancia de disponer de un propósito que nos motiva y alienta a actuar en permanente coherencia.
Las consecuencias de estar permanentemente motivado
La Motivación es el motor, la fuerza que determina nuestra implicación en todo lo que ocurre en nuestra vida. Sin Motivación somos muertos vivientes anhelando un milagro que no depende de nosotros. Sin Motivación nos convertimos en víctimas de nuestros fracasos.
Son razones suficientes para no dejar de prestar atención a nuestra AutoMotivación, aplicando los sencillos pasos que hemos mencionado.
Nos vemos en el siguiente artículo. Te envío un abrazo enorme y todo mi apoyo en tu proyecto de vida.
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Gracias por estar ahí.